Las tormentas solares extremas representan una amenaza para todas las formas de alta tecnología. Comienzan con una explosión - una llamarada solar- en el dosel magnético de una mancha solar. Los rayos X y la radiación ultravioleta extrema llegan a la Tierra a la velocidad de la luz, ionizando las capas superiores de nuestra atmósfera; los efectos secundarios de esta explosión solar incluyen apagones de radio y errores de navegación GPS. Minutos u horas más tarde, llegan las partículas energéticas. Moviéndose sólo ligeramente más lentos que la propia luz, los electrones y los protones acelerados por la explosión pueden electrificar satélites y dañar sus componentes electrónicos.
Luego vienen las CMEs, nubes de mil millones de toneladas de plasma magnetizado que tardan un día o más en cruzar la distancia del Sol a la Tierra. Los analistas creen que el impacto directo de una CME extremo como el que se perdió la Tierra en julio de 2012 podría provocarapagones generalizados, desactivando todo lo que se conecta a un enchufe de pared, informa la NASA.
Antes de julio de 2012, cuando los investigadores hablaban de las tormentas solares extremas, se referían al emblemático evento Carrington de septiembre 1859, en homenaje al astrónomo inglés Richard Carrington que vio aquella eyección con sus propios ojos. En los días que siguieron a su observación, una serie de poderosas CME golpeó la Tierra con una potencia que no había sentido antes o desde entonces. Tormentas geomagnéticas intensas provocaron auroras hasta el sur de Cuba y estropearon líneas telegráficas mundiales, prendiendo fuego a algunas oficinas de telégrafos y deshabilitando así la 'Internet victoriana'.
Una probabilidad preocupante
En febrero de 2014, el físico Pete Riley de Predictive Science Inc. publicó un artículo en la revista Space Weather titulado «Sobre la probabilidad de que ocurran eventos climáticos espaciales extremos». En él, analiza los registros de las tormentas solares que se remontan a más de 50 años. Al extrapolar la frecuencia de las tormentas ordinarias y extremas, calculó las probabilidades de que una tormenta de la categoría del evento Carrington pueda golpear la Tierra en los próximos diez años. La respuesta es el 12%.
http://www.abc.es/ciencia/20140723/abci-cuando-libramos-catastrofe-mundial-201407231320.html
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